HOMOTOXICOLOGIA O MEDICINA BIORREGULADORA
En
la dinámica moderna, nuestro cuerpo o sistema está en contacto
constante con sustancias tóxicas, lo cual ha generado la aparición
de múltiples manifestaciones o síntomas que generan cuadros específicos de
enfermedad. Esto nos permite entender que estas toxinas, llamadas HOMOTOXINAS por el Dr. Hans-Heinrich
Reckeweg, padre de la homotoxicología, son una de las dos causas de
enfermedad.
El término homotoxicología procede de tres palabras: “homo”, que
significa ser
humano; “toxico”, que procede de toxina o veneno; y finalmente “logía”,
que
procede del griego “logos”, que significa estudio.
En resumen, podemos describir la homotoxicología
como el estudio de la influencia de las sustancias tóxicas sobre los seres
humanos.
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Así surge
la Homotoxicología,
basándose en la medicina clínica, en
la toxicología, patología y la Homeopatía con fundamentos
científicos sólidos, a modo de una unificación de la medicina ortodoxa o galénica,
con las
heterodoxas o también denominadas "medicinas alternativas".
En sus observaciones encontramos que los remedios homeopáticos al actuar mediante la ley de Efecto Inverso de Arnold-Schultz o mediante la Ley de la Semejanza de Hahnemann, estimulan los mecanismos enzimáticos o inmunológicos contra la homotoxina e induce su eliminación o el intento de neutralización.
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Por lo tanto, lo que denominamos "enfermedad"
es en realidad el reflejo de
que el organismo se está
defendiendo de las sustancias homotóxicas. Es la reacción de los sistemas defensivos
automáticos del sistema de flujo humano para expulsar como sea las
homotoxinas del cuerpo. Es una forma regular existente en el programa
Biológico Humano
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El Dr.
Reckeweg describe seis fases de la enfermedad, según la acumulación toxínica y
su intervención con el sistema corporal (de lo superficial a lo más profundo
del ser, la célula).
De
aquí nace el concepto de Tabla de
evolución de la enfermedad (TEE):
TEE es una representación gráfica bidimensional de la progresión o
regresión de las enfermedades en seis fases sucesivas, en respuesta a cómo
reaccionan los mecanismos de defensa del organismo ante la presencia de
homotoxinas. En el eje horizontal se encuentran las fases de las enfermedades
ordenadas según su gravedad. El eje
horizontal representa también cómo hace frente el organismo a las
homotoxinas presentes. En el eje
vertical se ordenan los distintos tejidos y órganos agrupados según su
origen embriológico. Teóricamente, toda enfermedad o cuadro clínico que se
presente puede clasificarse dentro de esta TEE de 6 fases. Al consultar la
TEE, es importante recordar que el organismo activará sus mecanismos de
defensa naturales en 3 niveles o fases fisiopatológicas principales (humoral,
matricial o celular) en su intento de desactivar o desintoxicar y de eliminar
las homotoxinas en cada nivel. Cada una de estas tres fases fisiopatológicas
principales se subdivide a su vez en otras 2 fases. Si no tiene éxito en la
primera fase, el organismo lo intentará de nuevo en la siguiente. Las
enfermedades serán cada vez más graves y los intentos de tratamiento serán
cada vez más difíciles a medida que las fases progresan hacia las últimas
fases de la derecha de la tabla.
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1.
En la primera fase, la HUMORAL el
organismo no se encuentra comprometido; existe una reacción óptima frente a las
homotoxinas, sean éstas exógenas o endógenas. Hay una respuesta de los sistemas
defensivos con el objeto de combatir contra dichas sustancias.
En este período el organismo se defiende en buenas
condiciones tanto enzimáticas, energético-vitales, así como también el buen
funcionamiento del sistema de los emuntorios.
Entre estos sistemas se encuentran:
ü
Higado (fases I y II de detoxificación)
ü
Cólon (excrementos)
ü
Piel (transpiración)
ü
Riñon (orina)
ü
Pulmón (espiración-tos)
ü
Fluidos (saliva-lágrimas-secreciones genitales)
La Fase Humoral (con
dos subfases: exudación-inflamación) establece un pronóstico favorable frente a
la terapia antihomotóxica, ya que es posible detoxificar fácilmente. Por lo
contrario, en la Fase Celular, existe un progresivo deterioro de las funciones
vitales; el sistema enzimático comienza a deteriorarse y el estado de la
vitalidad del organismo empieza a disminuir.
Fase de Excreción: equivale al esfuerzo del organismo para eliminar más intensamente una
carga toxínica incrementada. Un ejemplo característico de esta fase
puede ser un cuadro de diarrea, producida por un intento de excretar parte de
las sustancias tóxicas que eventualmente han podido ingresar a través de un
alimentación inadecuada. Podríamos entender que un tratamiento supresivo (
antidiarréicos;etc.) anularía este esfuerzo del organismo dejándole,
posiblemente libre de síntomas diarréicos, no obstante con la acumulación
toxínica en el interior.
Fase de Inflamación: Si el organismo no puede eliminar por
sus propias vías las homotoxinas, la tendencia orgánica es sufrir la siguiente
de las fases, donde se intensifican las reacciones de defensa relacionadas con
el Gran Sistema Defensivo.
La inflamación o combustión de toxinas, producida por
la identificación
de los procesos metabólicos y defensivos, es la base de esta fase.
Eliminar esta fase mediante terapias supresivas
intensas sobre la inflamación es cometer un gravísimo error contra el proceso
biológico defensivo.
En la Terapia antihomotóxica, mediante la
farmacología homeopática de medicamentos homotoxicológicos, se estimulan las dos primeras fases de la
enfermedad antes descritas, a través de un cuidadoso estudio y
aplicación de la sintomatología del enfermo. De manera que un proceso de
excreción o uno de inflamación no se inhiben sino que se potencia todo el sistema sinérgico de la
Gran Defensa.
Si
mediante las dos fases anteriores nuestro organismo no consigue liberarse de la
acción de las homotoxinas, entramos en el siguiente nivel o FASES MATRICIALES
(Fase de deposición y fase de Impregnación).
El
esfuerzo biológico es conducido hacia la formación de depósitos de toxinas,
en un intento defensivo para que
no se extiendan de forma generalizada, afectando a cualquier otro punto
orgánico.
Se originan en esta fase,
procesos de formación de ateromas, verrugas, adiposidad, miogelosis, depósitos
de ácido úrico, etc.
Las
Fases Humorales de la enfermedad generalmente presentan un pronóstico bueno,
dado que no existen lesiones celulares, por lo que el trastorno producido por
las homotoxinas es únicamente de tipo funcional.
Entre las tres primeras subfases (las dos humorales y la fase de
deposición) y las siguientes (fase de impregnación y las dos fases
celulares) existe una línea de separación denominada "Corte
Biológico".
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Fases
a la derecha del corte biológico:
Fenómeno de Desprogramación
Biológica .
Cuando
el espacio Extra Celular se llena
de cierta cantidad de sustancias anormales o extrañas y que no son
reconocidas por los fibroblastos, se enturbia el medio y se dificulta el flujo entre las terminaciones nerviosas, sanguíneas con
la célula, produciéndose una alteración del Programa Biológico Original forzando
al organismo a efectuar un by-pass en el sistema normal, para poder seguir
funcionando. Es decir el algoritmo del Programa Biológico Original, se
modifica.
Las
células al no recibir en forma regular las moléculas nutrientes que
necesitan, se debilitan,
manteniendo sus residuos metabólicos en el interior alterándose
los canales de las membranas celulares (canales, del sodio, potasio,
calcio) y llegando al final a una carga toxínica creciente en el espacio Extra
Celular, aumentando la presión osmótica del medio, a la vez que la falta de
oxígeno a nivel celular, acidifica el medio transformándolo en un medio
contranatura.
Las
toxinas producto del metabolismo celular reingresan dentro de las
células, comenzando a manifestarse las denominadas Fases Celulares de la Enfermedad.
Con
respecto a la clasificación establecida por el Dr. Reckeweg en las diferentes
capas embrionarias, se entiende que es muy oportuna, pues refleja el punto de acción donde están expresándose
las homotoxinas y la reacción biológica ante éstas,
independientemente de las fases de homotoxicosis.
De
esta manera encontramos en la Tabla de homotoxicosis las siguientes capas:
TEJIDO EPITELIAL: formado
por las 3 capas embrionarias:
·
ectodermo: forma el
epitelio de la piel
·
endodermo: forma el
epitelio del intestino
·
mesodermo: forma el
endotelio y mesotelio
endotelio: reviste
al corazón y vasos sanguíneos.
mesotelio: reviste
grandes cavidades del organismo (pleura, peritoeo y pericardio).
TEJIDO CONECTIVO: proviene
del mesodermo y es el más amplio de todos
TEJIDO NERVIOSO: Proviene del ectodermo
(neuronas).
TEJIDO MUSCULAR: proviene del mesodermo
(músculos).
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De esta
clasificación surge que el cuadro sintomático específico del paciente se
produce en función del locus minoris resistentiae, o lugar de menor
resistencia, cuyo origen se halla en el desarrollo embrionario y por
ende constitucional.
Por lo
tanto, la evolución de las fases de izquierda a derecha Reckeweg lo denominó
como Vicariación
progresiva; en cambio la evolución de derecha a izquierda lo llamó Vicariación
Regresiva.
El
efecto terapéutico entonces, es la desaparición de los síntomas, pero el síntoma es la manifestación clínica de la
presencia de toxinas dentro del organismo, por lo tanto, si eliminamos
la toxina, el síntoma desaparece, pero entonces no estamos eliminando el
síntoma, sino
que estamos eliminando el factor homotóxico que inducía la aparición del
síntoma, entonces la desaparición del síntoma es debida a la acción del
fármaco contra la toxina que producía este síntoma; estos son pues remedios de
efecto causal y no son remedios de tipo sintomático.
Esta
es la importancia de las terapias de drenaje, de ahí la importancia de
las terapéuticas desintoxicadoras,
las colonterapias, los
ayunos, es decir todo lo que ayude a eliminar, porque solo cuando eliminemos los
productos de degradación o los diluyamos, entonces vamos a lograr volver a
poner en marcha, al adicionar un nuevo sustrato, en este caso, por ejemplo, los
catalizadores homeopáticos.
Es indispensable entender que el éxito de la
terapéutica está en la buena eliminación de las sustancias de desecho tóxico
del cuerpo.
Recordemos
entonces:
·
Para el paciente, la evolución de la
enfermedad supone un empeoramiento de su situación, pues las homotoxinas
tienden hacia una fase de depósito, pasando posiblemente de extracelulares a
intracelulares, en lugar de procesarse y eliminarse.
·
Lo crucial no es la posición
topográfica de la homotoxina, sino el efecto que produce.
·
En la evolución de una enfermedad, los
efectos de la intoxicación se mueven por la tabla de izquierda a derecha y de
arriba abajo.
·
La evolución de la enfermedad puede
llevar a estados crónicos. Tras esta evolución suele haber un tratamiento
supresor. Cuando una afección aguda se trata de manera supresora, las homotoxinas
podrían condensarse en la matriz extracelular. Al cabo de un tiempo, las
toxinas podrían perturbar los procesos de regulación interactivos en la Matriz,
penetrar en la célula o alterar el funcionamiento celular desde fuera e
interferir en la comunicación de la célula con la matriz o con otras células,
lo que produciría patología celular e incluso genotoxicidad, que llevaría al
cáncer.
Si, por ejemplo, se suprime un eccema (p. ej.,
mediante una pomada de corticosteroides aplicada de manera local), las homotoxinas
que producen el eccema –el eccema es la defensa biológicamente efectiva contra
las homotoxinas expresadas en la piel– serán transportadas por el organismo
hacia un canal alternativo de eliminación. Ello podría efectuarse mediante diferentes
medios. Si estas homotoxinas se depositan en las células bronquiales con
intención de eliminarlas por la vía respiratoria, afectarán al aparato
respiratorio, pudiendo causar, por ejemplo, asma bronquial.
·
La evolución de la enfermedad puede
durar decenios. Esto significa que entre dos fases de enfermedad puede haber
años de aparente salud. Y ello es así porque las fases de depósito pasan casi
siempre desapercibidas.
·
Muchas dolencias aparentemente
inocentes, como la gripe, las enfermedades virales de la infancia, el herpes
labial, etc., son más graves en términos homotoxicológicos que las enfermedades
inflamatorias agudas, aparentemente serias, de la medicina académica, como la
artritis, la nefritis o la inflamación purulenta de la vejiga. El primer grupo
es, después de todo, viral y atraviesa inmediatamente la pared celular,
causando una intoxicación intracelular que entraña un riesgo muy real de daños
irreparables. En el segundo grupo están todas las fases de la inflamación, que
pueden acompañarse de dolor y parecer más graves, pero en las que la
intoxicación tiene lugar entre las células. Las estructuras intracelulares no
corren peligro a menos que haya complicaciones.
Dr. Iván Marenco Cure
Médico
Especialista Medicina Alternativa y Farmacología Vegetal
Medico Ayurveda
Ginecologo-Obstetra
Diplomado
Homotoxicologia
Diplomado en
Terapéuticas Alternativas
Miembro
Activo AMIT
IMPORTANTE: La información aquí representada es de carácter informativo y no pretende ofrecer una consulta o recomendación médica. No reemplaza la opinión del médico o especialista. Consulte a su médico o especialista. Consulte a su médico antes de iniciar cualquier tratamiento y/o programa físico.
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